Comiendo el culo de un gato rubio


Travieso comiendo un culo de una lira caliente. Llevó a su amiga a un motel, y allí se sorprendió al pedirle que se lo pusiera en el culo apretado. El bastardo nunca se había tirado con un gato que le gustaba tomar en el culo, así que se quedó demasiado extirpado, caliente y su polla se hizo más dura que una piedra. El gato para tomarlo en su culo estaba a cuatro patas y abrió su culo bien, así que se le ocurrió todo jugando con mucha fuerza.